¿Quién no ha sufrido alguna vez de dolores de cabeza? Pero, qué pasa cuando se asocian con mareos? Un cambio de hábitos, produce una notable mejoría.
¿Qué es un dolor de cabeza?
El dolor de cabeza está relacionado con los nervios, vasos sanguíneos y músculos de la cabeza y el cuello. Tensiones o inflamaciones de vasos y músculos pueden presionar los nervios, enviando una señal al cerebro que se traduce en "dolor de cabeza".
Algunas causas son:
- Estrés.
- Estados catarrales o gripales.
- Estimulantes como café, alcohol, tabaco.
- Abstinencia a la cafeína.
- Efecto secundario de algunos fármacos.
- Cansancio, falta de sueño.
- Deshidratación.
- Presión arterial elevada.
- Trabajar con el ordenador o ver televisión.
- Traumatismo o lesiones físicas.
Normalmente un cambio de hábito hacia un estilo de vida más saludable, produce una notable mejoría.
¿Y un mareo?
El mareo es una reacción al movimiento y está asociado al vértigo. Es una sensación de desmayo y ocurre cuando el cuerpo, ojos y oído interno, envían diferentes mensajes al cerebro al mismo tiempo.
También puede ser consecuencia de que al cerebro no llega suficiente sangre. Se suele manifestar con: pérdida parcial de la visión o visión doble, pérdida de la coordinación, entumecimiento, problemas del habla, debilidad, zumbido en los oídos, vómitos y confusión general.
Los dos al mismo tiempo
Uno puede desencadenar en el otro indistintamente. Y el tratamiento de uno puede curar al otro.
Un dolor de cabeza con mareos puede ser síntomas de una lesión en la cabeza, un trauma muscular en el cuello, dolor de oídos, problemas en la boca y la mandíbula o agotamiento por exposición al sol prolongada.
Si además están asociados a fatiga, es probable que la persona sufra de anemia: disminución de glóbulos rojos en sangre que no permite una correcta distribución del oxígeno a las células.
También, pueden desencadenar en migraña o ser síntomas de la misma: se trata de un dolor de cabeza severo que puede durar más de 72 horas.
La gente sufre de migraña cuando hay una variación brusca en los niveles de serotonina (bajada o aumento), consumen cierto tipo de bebidas, alimentos o productos químicos o sufren de depresión.
¿Qué hacer para aliviar los síntomas?
Descartando cualquier trauma, lesión o infección, lo primero es asegurarse de descansar correctamente. Una habitación fresca, oscura y silenciosa puede ser, a veces, más potente que un analgésico.
Si el dolor de cabeza persiste, se puede recurrir a la medicina alopática, tomando un analgésico de venta sin receta médica como el paracetamol o el ibuprofeno; o intentar paliarlo con medidas más sanas y respetuosas con el organismo:
- Beber abundante agua para mantener el cuerpo bien hidratado.
- Colocar un paño frío sobre la cabeza.
- Utilizar técnica de relajación.
En cuanto a los mareos
- Evitar cambios repentinos de postura.
- Levantarse lentamente y quedarse sentado por unos momentos antes de pararse.
- Al estar de pie, asegurarse de tener algo de donde aferrarse.
Podemos encontrar alivio en la fitoterapia. Algunas tisanas recomendadas son las siguientes:
- Decocción de Corteza de Sauce: 30 g por litro de agua, durante 25 minutos (evitar alérgicos a la aspirina).
- Infusión de Melisa: 1 c.p. de planta seca por taza de agua.
- Infusiones de plantas relajantes como Manzanilla, Tila, Lúpulo o Lavanda.
Consejos prácticos para prevenirlos
Como ya mencionamos anteriormente, la aparición de estos síntomas está muy relacionada a un estilo de vida saludable. Para evitar la aparición de dolores de cabeza y mareos es muy importante adoptar buenos hábitos, sobretodo alimenticios:
- No saltarse ninguna comida.
- Evitar alimentos que favorezcan los dolores de cabeza: chocolate, quesos, nueces, cítricos, cafeína, alcohol y aquellos que contengan glutamato de sodio y nitratos.
- Mantener un buen nivel de hierro y vitaminas del grupo B consumiendo alimentos como legumbres, aves, huevos, cereales integrales.
- No abusar de analgésicos.
- Evitar el sol en exceso, usando protector solar, gafas y sombreros.
- Mantener un ritmo de sueño constante y regular, acostándose y despertándose a la misma hora y durmiendo un número de horas apropiado.
- Reducir el estrés, practicar un deporte moderado y realizar ejercicios de relajación y respiración.
En todos los casos le recomendamos consultar con su médico, terapeuta u otro profesional de la salud competente.
Fuente: http://www.enbuenasmanos.com/