El peor atentado contra la vida no es la muerte, sino la sobrevivencia. Y la ansiedad suele hacernos caer en esta última. Esta es la principal razón por la que debes aprender a desterrarla de tus días. ¿Te gustaría aprender cómo?
#1 Ejercicio
La actividad física representa uno de los métodos más efectivos para equilibrar tu estado de ánimo. ¿Por qué? Varios estudios han demostrado que el ejercicio regular potencia el buen humor, mejora la calidad del sueño, alivia el estrés y, por si todo esto fuera poco, eleva la autoestima.
Ahora bien, para aplacar la ansiedad no necesitas ejercitarte por horas. Ya está comprobado que 10 minutos de caminata, por ejemplo, son más que suficientes.
#2 Meditación
No tienes que convertirte en un yogui para dejarte seducir por los encantos de la meditación. Para empezar, trata de suspender ese barullo mental que está siempre contigo.
Para ello, refúgiate en un lugar cómodo, cierra los ojos y comienza a respirar lenta y profundamente. Céntrate solo en tu respiración; sentirás que tu cuerpo comenzará a relajarse.
#3 Menos redes sociales
Una investigación reciente dejó en claro que una frecuente exposición a las redes sociales posee todo el potencial de aumentar tus niveles de ansiedad. ¡No es de extrañarse! El empleo de estos medios de comunicación suele venir aparejado de la comparación y la depresión, que es la mejor amiga de la ansiedad.
#4 Nada de cafeína
A la ahora de atenuar la ansiedad, la cafeína no ayuda mucho -más bien todo lo contrario-. Este componente infaltable de tés, cafés y bebidas carbonatadas pueden agudizar tus síntomas de ansiedad, así como favorecer el insomnio.
#5 La verdadera causa
Pero de nada te servirán todas estas estrategias, si no descubres la causa de tu malestar. ¿Qué es lo que te está haciendo sentir inquieta? ¿Puedes hacer algo al respecto o escapa de tu control?
Si hay algo que puedas hacer, ¡muévete! Romper con la pasividad es un gran antídoto en estos casos. Si, por el contrario, el problema te trasciende, ¡suéltalo!, y enfoca tus energías en lo que sí puedes cambiar.
Fuente: http://www.imujer.com
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